Review de Calcetines Compressport – Pro Racing Socks V2.1 Run Low Cut + Trail (Spanish)

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Pro Racing Socks V2.1 Low Cut

Pro Racing Socks – V2.1 Run Low Cut

Pro Racing Socks V2.1 Trail

Pro Racing Socks – V2.1 Trail

Corriendo acá en Chile, gasto calcetines muy rápido. El polvo que entra a los zapatos, los ríos que cruzamos y las condiciones calurosas que provocan mucho sudor. Habitualmente compraba mis calcetines en el super porque, si no, seria muy caro reemplazarlos tan seguido. Ademas pensaba que todos los calcetines eran iguales.

Sin embargo, nuestros pies son la parte del cuerpo que pueden sufrir mas cuando corremos. Merecen que los cuiden. Estos ultimos 60 días he estado entrenando y competiendo en dos distintos pares de calcetines de Compressport (que no venden en Jumbo). Son los Run Low Cut  y los Trail.

Te dejo con mis ideas sobre esta importante parte de nuestro kit, que, si eres como yo, a veces ignoramos.

Primera impresión

Los dos calcetines se ven bastante técnicos. Con sus diseños multi-color y su “3D.Dots. Concept”
(revisa abajo) parece como se estuvieran listos para un aventura en el espacio. Sus formas son diferentes que los calcetines básicos, están cosidos con la forma de un pie en vez de un tubo. Hay un calcetín para el pie derecho y uno para el izquierdo. Ademas, el grosor de los calcetines cambia en diferente partes. Las intenciones de todos estos conceptos se explorará a continuación.

Como se sienten en un zapato

DSCF5042 (1)Los calcetines de Compressport son hechos para distintos pies. Ambos modelos, tienen una “L” y “R” (izquierda y derecha repectivamente). Así,  se afirman mejor a los pies y eliminan roces que podrían crear ampollas. Los productos de Compressport responden al
hecho de que si comprimes ciertas partes del cuerpo durante el ejercicio, eso estimula la sangre a volver al corazón en ves de acumular el intoxicante acido láctico. Puestos en mis pies, sentí que estaban mas firmes y más protegidos que con calcetines normales. Ademas, en este caso, cuando un calcetín esta bien pegado al pie, puedes sentir más elDSCF5043 (1) interior del zapato y por consiguiente el terreno que pisas. (Los dos calcetines que probé son de la misma talla (42-44) pero encontré que la Run Low Cut, era mas apretado que el Trail.) Tenia ganas a ver si mi permitiría tener mas control también cuando corro.

Paseos

Con el jefe de Compressport Chile, Israel Escudero, fue a un paseo largo de 34km por Cerro Provincia, bajando después a San Caros de Apoquindo y volviendo a Ñilhue por el camino de las varras. Elegí los calcetines Trail para este viaje porque tienen la tecnología “3D.Dots Concept” y en la ruta había 2,000m de descenso empinado durante este paseo. Quería todo el apoyo possible.  Esto lo entregó la tecnología “3D.Dots Concept”  (los círculos rojos y amarillos en el modelo Trail  y azul en el Run Low Cut) que consiste en círculos de material grueso en las partes del calcetín que tiene más impacto durante una zancada. La idea es que suavicen este impacto y creen un colchón para el pie, para que no se cansen tanto.

Durante la carrera de 38km de Lampa – Til Til de Latitud Sur, crucé un rio en el km 11. Tenia el modelo Run Low Cut puesto para esta carrera y descubrí otro beneficio de “3D.Dots Concept.” El espacio que los círculos crean en el zapato, permiten que circule mas aire. Por esta razón los calectitnes se secaron más rápido y mis zapatos volvieron a su peso normal en pocos kms permitiéndome correr más rápido.

Dos semanas después, en X Trail Puchuncaví, competí nuevamente en el modelo Trail. Aparte de estimular la circulación de sangre, noté este día que el fit de Compressport tiene extra adicionales. En los descensos pedregosos y polvorientos actuaron parecidos a una polaina, permitiendo que menos material irritante entrara a mi calcetín comparado con una versión regular y más suelta del supermercado. Después de cruzar terrenos muy exigentes, las calcetines estaban en buen estado porque no estaban tan desgastados por la acción de polvo y materiales orgánicos- y había menos problemas con la novia también después, cuando no ensucié tanto el baño!

Conclusiones

DSCF5044 (1)DSCF5041 (1)Los calcetines son mucho más caros que lo que estoy acostumbrado a pagar, pero me estoy dando cuenta que los calcetines son igual de importantes que los otros elementos técnicos de un corredor de larga distancia. Pueden hacer un diferencia importante en tu entrenamiento y tu carrera.

Por tu plata, recibes calcetines que son hechos especialmente para tu deporte en vez de un tubo de algodón genérico para cualquier actividad. La calidad del material, combinado con su fit firme asegura que se gastan menos rápido que otras marcas. Ambos pares en las fotos tienen mas de 100km corridos, y están listos para sus próximas salidas.

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Pronto viene el review de Compressport Shorts.

Autor, Matt Maynard (GreenBeanTrails) en colaboración con Compressport Chile.

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“Good Vibes” / X Trail Puchuncnaví 50km (English version)

I learnt a new Spanish phrase recently. “Buena vibra.” 

Credito Pame Codeceo (3)

Crédito Pame Codeceo

But like all new knowledge, it is is very difficult to comprehend, if it is not understood in context. Last Saturday, at 11:08am, in the last few strides before the finish, it finally sunk in. 

5 hours earlier, however, it was a different story altogether.

A Dark Night

Credito Tito Martinez

Crédito Tito Martinez

I was running along a sea cliff by headlamp, the invisible waves pounding the rocks below. A cool mist clung to my beard, and the temperate climate and the soft folds of the landscape had me thinking of England, and feeling very far from home.

With only 8km run, now was not the time for such nostalgia however. I needed an empty mind, to gather in the kms before sunrise and foster positive energy for the later stages of the race. But it wasn’t happening. I bimbled along in 8th place, feeling sorry for myself and demotivated.

“How stupid” I thought “to be an ultramarathon runner, and leave behind partners and warm beds and relaxing mornings of good coffee, conversation and reading.”

 

Credito Cindy Meneses

Crédito Cindy Meneses

Slowly, the sun rolled across the Argentinean plains and, arriving at the Andes mountains, shot shards of light up its flanks, and into the Chilean sky. Other sensations returned too at daybreak. The smells of the earth mixed with the lavender that I was brushing through. The liquidy swill of the grouse’s call started up from the espino bushes, and the rolling country that I traveled through by night, slowly began to steepen.

I left the last bad vibes in the 20km aid station. Three other runners arrived simultaneously, and we set about the business of breakfast together. I laughed at the gentle jokes directed at the gringo’s expense, and then set off, intent to catch as many Latinos as possible.

A change of mood

Lore Moraga (1)

Crédito Lore Moraga

Lore Moraga

Crédito Lore Moraga

Climbing mountains shouldn’t be an Englishman’s forte – not when racing Chileans whose training runs start from an altitude greater than Scafell Pike. But I had grown fond of the thinner air, and spent many long days in the mountains this winter. The climb brought a change in breathing and rhythm, and was a welcome break from the fast, flat pounding of the night. It calmed me down, and emptied my mind. The meat of the event – 15km in the mountains – had started. 

The few times that I have had “the flow,” I don’t remember much afterwards. Only fleeting moments. There was Harold Ponce climbing out of La Quebrada wearing his laser stare of concentration. A man in a tin house watching television, who greeted me as I ran past. And then, higher up – floating summits, piercing through clouds, and a waterfall of thick most air, pouring silently over a rock face, far out across the white ocean. 

Crédito Lore Moraga puchnuncavi 50k

Crédito Lore Moraga

I passed Luis Valle around KM32 and looked around to frame him against the backdrop, and check that I wasn’t imagining it all. There’d be only a few other people on this side of the Andes who’d witness this today, whilst everyone else was reading books and drinking coffee beneath grey clouds on their sedentary Saturday. I laughed at my good luck and my swings in mood, and pushed on.

Good Vibes

At Km35 they told me I was in 3rd place. 2nd had a 25minute lead. It was all downhill now. Technical and absorbing, and I threw myself into it aggressively, keen to not be overtaken. I started to whoop and shout, grinding my teeth in pleasure at doing something so simple and hard for so many hours. I ran a few kms with other runners joining the course from their shorter distance race, infecting them with my battle cries as we paced one another noisily to the finish. 

Cristian Valencia Pizarro en su tierra

Cristian Valencia Pizarro en su tierra

podiumJust outside Puchuncavi, I descended a hillside to a paved road that I was certain would lead to the finish. The organiser, Crisitian Valencia, doesn’t do things by halves however: His route plunging us back into forgotten copses, through fallow fields and along a dry river bed. In truth, the last kms of the race captured the essence of his race: always searching for the perfect line, guiding his adventurers down paths less travelled by and away from their lives quotidian. After crossing the finish I gave him a wild hug. He looked a bit embarrassed to be embraced by such a sweaty and affectionate gringo. But I was positively shaking with the “buena vibra,” and I didn’t have any other words for it.

 

“Buena Vibra” / Xtrail Puchuncaví 50km (español)

 

Aprendí una frase nueva en Español recién: Tiene buena vibra.” 

Pero como todos los aprendizajes, son muy difícil entenderlos si no les vives en un contexto real. Este sábado pasado, a las 11:08am, en las últimas zancadas antes de la meta en el pueblo costal de Punchuncavi, entendí perfecto lo que la frase significa…

Sin embargo, 5 horas antes, era otra cosa. 

Un noche obscura 

Credito Tito Martinez

Crédito Tito Martinez

Estaba corriendo al lado el mar, con el ruido de las olas nocturnas amenazando las rocas abajo. Habia una neblina fresca que agarraba mi barba y me recordaba de mi lindo pais y su clima húmedo y paisajes lozanos. Era la hora de correr sin pensar, accumular kms antes del amancer y cultivar buenas sensaciones para más tarde en la carrera. Pero no pude. Me sentí lejos de mi hogar y las cosas familiares. Con solamente 8km corridos, estos sentimientos nostálgicos no eran útiles. Languidecía en 7mo u 8vo lugar, trotando con pocas ganas y autcompasión.  

“Que pavo,” pensaba “ser ultramaratonista, y dejar novias, camas calentitas y mañanas pausadas con buen café, conversación y libros.”  

Credito Cindy Meneses

Crédito Cindy Meneses

Lentamente, el sol rodaba a través de la pampa Argentina y, llegando a su cordillera, empezó a disparar chispas de luz que alumbraron el cielo Chileno. Junto con la luz, otras sensaciones despertaron también. Los olores a tierra mojada se mezclaban con la lavanda que rozé al pasar. Los perdices en los arbustos de espino empezaron a cantar. La tierra ondulada que recorría en la noche, empezaba poco a poco a empinarse.

Dejé las ultimas malas vibras en la estación de abastecimiento en el KM20. Eramos un grupo de 4 corredores que llegaron al mismo tiempo, y bajoneamos con un hambre solo conocido por gente que ha pasado una noche en lugares recónditos. Me puse a reír de las tallas de uno de los organizadores Cristian Perez Cruz – direcionado al gringo raro – y salí con ganas de alcanzar a la mayor cantidad de Chilenos posible.

Un cambio de humor

Lore Moraga (1)

Crédito Lore Moraga

Lore Moraga

Crédito Lore Moraga

Subir montañas no debería ser la especialidad de un inglés que se encuentra viviendo en Santiago a mas altura que la montaña más grande de su país. Pero las novedades tienen su encanto, y he pasado muchas horas en la pre cordillera de los Andes corriendo estos últimos meses. El cambio de ritmo y respiración cuando el terreno se inclinó, me tranquilizó. Entré a mi espacio meditativo y empezé a sonreír. Así llegué al meollo del asunto, las subidas montañosas entre los km 20-35. 

Lo poco veces cuando he tenido “el flujo”, no recuerdo mucho después. Solamente imágenes. Momentos. Estaba Harold Ponce y su cara de estoicismo y concentración subiendo desde La Quebrada. Un campesino mirando televisión con su puerta abierta, a quien saludé en los alrededores de La Canela. Y mas arriba, las cumbres flotantes, perforando las nubes.

Lore Moraga puchnuncavi 50k

Crédito Lore Moraga

Pasé a Luis Vallé en el km 32. Miré hacia atrás para ver a otro ser humano en este panorama de fantasia, para estar seguro que no estaba imaginado todo. Era solo yo, y algunos corredores más quienes iban a ver este vista hoy, mientras todos los otros habitantes de este lado de los Andes tomaban cafe y leían libros bajo nubes grises… Me seguí riendo, dándome cuenta de mi buena suerte y mis sentimientos caprichosos.

La vibra

Martín, el hermano de Cristián, estaba al otro lado de la montaña en el km35. Me dijo que estaba en tercer lugar y que Enzo Ferrari había pasado 25 minutos atrás. La bajada era técnica y me concentré en escapar de Luis.  Las nubes me comieron, y me recordaban a mi país de nuevo; pero esta vez con buenas sensaciones. A menudo, grité y gruñí con toda la fuerza de mis pulmones como si fuera un animal. Me sentía bien haciendo algo tan simple por tantas horas. Corrí algunos pasos con los corredores de las distancias mas cortas, motivándonos entre nosotros mismos y haciéndolos reír con mis gritos de felicidad.

Cristian Valencia Pizarro en su tierra

Cristian Valencia Pizarro en su tierra

podiumAcercándome al pueblo de Puchuncavi de nuevo, bajé hasta un camino asfaltado y pensé seguirlo hasta la meta. Pero el organisador Crisitian Valencia, a quien yo tuve la suerte de conocer poco a poco este año, no hace cosas a medias. Su ruta nos metió de nuevo por un rio seco, un prado olvidado, un bosque poco conocido. En verdad, los últimos kms capturaran el espíritu de esta creación suya: siempre buscando una linea pura que guió sus aventureros por caminos poco transitados que les permitieron salir de sus vidas diarias. En la meta yo lo abrazé. Ojalá no haya tenido demasiada vergüenza y disgusto al abrazar a un gringo tan sudado y fresco. Pero su carrera me tocó. Me hizo vibrar. Y era la única manera que sabía agradecerle. 

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Gracias Sofia por la paciencia enorme de corregir este relato

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The Outdoor Olympics / UTMB 100mile Footrace

 

– Why the world’s (unofficial) ultra running championship is unlike any other sporting event –

There was a moment during the Utra Trail du Mont Blanc live coverage this weekend, where we watched the Spaniard Luis Alberto Hernando walking along a mountain path in the Chamonix Valley, closely followed by the American Seth Swanson. The cameraman had been jogging spritely along infront of them for the last 3miles, on the steep dirt trail that lead to the Tete au Vent summit at mile 99. 1,000’s of viewers watched online as Alberto Hernando stopped, cupped his hands and took a slurp from a mountain brook, allowing the American to pass him at a brisk 4mph and move into 2nd place. The commentator, barely able to contain his excitement, declared that this was the equivalent to watching the outdoor Olympics. This strange sport that sees competitors run for as long as 46 hours, peel skin off their blistered feet and vomit by the side of the trail, was suddenly out there, and in the mainstream.

Damian Hall arrives back in Chamonix after lapping the highest mountain in Europe and travelling through France, Italy and Switzerland in a time of 26:41

Damian Hall arrives back in Chamonix after lapping the highest mountain in Europe and travelling through France, Italy and Switzerland in a time of 26:41

Success in a 100mile race requires a fervent commitment to training. To tow the start line, the 2,300 competitors needed to have completed a minimum three events of 60+miles during the last 18months. Some runners will have completed more, preferring to train for the UTMB with lots of regular “shorter” events – where you run just a couple of marathons at a time. Others prefer to slog it out in training runs, spending 10 or more hours each weekend in the mountains. An exact formula for success in this multi sport refuses to be pinned down however. When the tape dropped on Chamonix’s high street last Friday at 6pm French time, the fortunes of the sport’s most shining lights were cast to the wind. 

The challenges of this race are immense. Of the 5 runners that lead to the half way point, only 1 of them finished the race. Unfamiliarity with the terrain, poor shoe choice, over heating, dehydration, inability to hold down food and open wounds sustained on the trail led to many competitors retiring. For all but the most elite, two consecutive night of running were to be expected. During this time, the body enters such extreme states of fatigue that vivid hallucinations are experienced and runners fall asleep on their feet. 

Besides the physical fatigue, the mental strain is soul-sucking. When the sun sets on a second day of non-stop running, and there are still 3 mountain passes to go on your bipedal trip through France, Switzerland and Italy, no amount of saucisson sec and cheese is going to get you to the finish. The desire to have done with the race is enormous. The lack of stimulation during the night that follows, where your world is reduced to a single beam of light, pushes competitors deeper still into their dark places, and it it easy to question the need to keep going.

Ultramarthon running is a very far cry from the marginal gain sport of professional cycling, or the style and finesse of elite level swimming. If this really is the closest we can get to an outdoor Olympics, and the sport’s popularity is to continue to grow, new audiences are going to have to adapt to the ultramarathon freak show format, and take a live broadcast vomit in their stride.

 

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